lunes, 8 de febrero de 2010

GUACAMOLE molcajetero


El Domingo por la tarde fui a llevar a Elisa a Guadalajara, viaje inesperado y relámpago, Tenía que estar al mediodía en la clínica, fuimos a desayunar y regresé a Aguascalientes, hablé con mi madre acerca de un tema importante, sobre mi papá.

Por la tarde tuve varias consultas y en la noche me fuí a tomar un café con Lucy, Eré y Gil a la terraza Italiana de Torre Plaza, la última vez que había estado ahí tenía el cabello largo y además lloré como una viuda histriónica... Ahora muy disinto día me tomé un caramel apple y me comí un baguette supremo ( que no recuerdo ni que contenía).

Ayer hice carne asada y preparé Guacamole en molcajete, (sorprenda o no quedó muy bueno)
le pusé una bota de yeso a Xaviero ( que no me gustó y se la voy a cambiar)... Hicimos unos bocetos para un cuento infantil ilustrado. Terminamos viendo la serie de skins en MTV ( mientras me la explicaba porque era la primera vez que la veía), Lo fuí a lllevar a su casa y estaba atestado de patrullas en las avenidad. Cené fruit loops.
Hoy desayuné por tercer día consecutivo licuado de plátano, con chocolate, nuez y arándanos.
Energía neuronal para estudiar...
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Llegó a la cabaña, estacionó la camioneta debajo de la sombra de altísimos eucaliptos, respirando el aroma fresco de la madera del bosque, sintió como la piel se erizaba por debajo de las bolsas de aire que se formaba dentro de su playera, crujían las escaleras del porche y abrió los 3 candados del mosquitero de la puerta principal, además de los que protegían las ventanas.


Se metió a la cabaña y empezó a levantar las sabanas que cubrían los muebles, tenían un olor a madera fina, combinado con un insidoso polvo. Abrió los cajones y las puertas, revisó las tuberías de la cocina, la instalación de gas y los sanitarios. Lavó una gran olla, le puso agua y canela en rama a hervir. Tomó una escoba de la alacena y comenzó a asear todo el lugar.
No podía dejar de pensar en Sara, en las vacaciones, en la levitación. Le molestaba el hecho de no poder comunicarse con ella. Algo le inquietaba. Su inquietud se convirtió en una gran ansiedad que culminó cuando había terminado de asear la cabaña hasta quedar exhausto.
Incluso salió a cortar la madera para la chimenea. Se sentó en un sillón que colocó en el porche
y encendió un cigarrillo observando la frescura de los fríos árboles que comenzaba a serenar con una niebla deliciosa , que lo obligaba a ponerse la cazadora y un sombrero. Mientras observaba en el humo la imagen de Sara y una extraña incertidumbre al recordar que al ver a su padre desde cierta distancia tambien había logrado elevarse.

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