domingo, 14 de febrero de 2010

La zona del silencio

El Viaje A Torréon, tranquilo, con mi madre, mi hermana Lorena, sus dos hijos André de 4 y Luis Fernando de 1 1/2, además el que manejó fué mi cuñado Víctor. una carretera que tenía más 3 años sin recorrer, una ruta que antes recorría cada 15 días para ir a ver a mi abuela cuando vivían en la comarca lagunera. En el camino me tomé un té de Jazmín con Melissa y Valeriana. Una coca chiqita y unos submarinos.
Es curioso como empecé a recordar poco a poco los viajes que realizaba en mi infancia, la convivencia con mis primos, 2 de los hijos de mi finada tía Rebbeca, son de mi edad, es difícil ver a la muerte de cerca tantas veces en tan poco tiempo, pero ahora tenía un tinto peculiar, ver a mis tíos paternos que causó un impacto más que profundo.
Observar sus caras aturdidas nuevamente. No permanecí estoico, incluso mi primo Omar me preguntó que como le había hecho para superar lo de mi padre, mi respuesta; más sincera que acertada , fué, algo sí como que en el momento que la gente que sobrevive te necesita, en ese momento lo superas, en este caso el tiene un hermano de 11 años, se lo puse de ejemplo.
Pero francamente aún creo que la pérdida del padre tiene un efecto emocional que dista mucho de la muerte materna. Situación que considera aún más díficil. Mi madre lo sufrió el otoñó anterior. Así que durante estos meses la terapia ocupacional de ser pilar de apoyo en la crianza y desarrollo de su nieta ( mi sobrina) le ayuda a vencer esas hábiles tareas. Tomé demasiado café, cené gorditas ( 2 de barbacoa y una de tinga),bebí mucha soda de máquina. Tuve la oportunidad de platicar con mis primos de Chihuahua.
En la mañana después del desayuno, chilaquil en salsa verde humeante, delicioso para cruda de café en velorio, jugo de toronja, un plátano, y un bisquet (no como comercial, sino por Snoop Dogg, chilié en el Holiday Inn, con todas las agravantes) me llevé a mis sobrinos al gimnasio porque estaban hiperactivamente latosos mientras desayunábamos, los subí a la banda sinfín, tratando de obtener parte de su energía. Después jugamos con una pelota para abdominales.
Por otra parte analicé el índice demográfico de mi familia, y es casi simétrico el de mortalidad al de natalidad... (números uuuuy) en el camina de regreso, leía a A. Jodorosky Albina y los perros hombre está loquísimo y divertido. (Tengo que conocer a Jodorowsky. Vamos a París.) En el camino me comí unas chips verdes, una coca cola y un Reeses de cacahuate.

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