jueves, 17 de diciembre de 2009

Ecos

Ayer fue un buen día, me levanté temprano vine a la clínica.
Después fui a hacer pagos a Banamex, a Gigacable y a pagar el agua.

Después fui por Luis Rodrigo para ir a comprar las cosas de la cena y acompañarlo a que hiciera unas diligencias ( actividades, no carretas). Incuso nos encontramos a Edith, que teníamos años y años sin verla, justo el día en que nos íbamos a juntar para la Posada/cena Navideña.

Comí en mi casa burritos de chipotle y picadillo, adémás 2 sincronizadas de manchego y parmesano porque no quedé satisfecho.

Podé el jardín y acomodé el salón con motivos navideños para la cena.

En la tarde hornée empanadas de atún. (mi jefa me ayudó bastante, no puedo negarlo).

Estuvo muy agradable la cena, el intercambio tipo arrebato, consistia desde simples chocolates,
gel lubricante, un bolis en forma de dildo, una ampolleta de PROPOFOL,
un pinar ANTIQUÍSIMO, una perra boxer , una botella de Curvoisier
una botella de Red Label, una de tequila, un disco de babasónicos, un monito de nieve con chocolates y creo que es todo lo que recuerdo.

Te quieres llevar tus regalos o quieres entrar a la catafixia.
A mí me tocó el gel lubricante para relaciones anales y la perra boxer (cachorrita de 50 días)
se llama KETAMINA.

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Después de desayunar, se arregló su uniforme, se pusó el delantal y fué a la cocina a recoger su olla de vainilla. Una brisa de emociones le dibujaban un claro de sudor en su frente, se limpió con una toalla, se acomodó el gorro, tomó el cucharón y se dirigió a los comedores.

Mientras servía la vainilla, estaba muy atento, buscaba entre las caras de las señoritas el rostro de Sara; pero parecía una espera interminable. La bulla de las estudiantes y el sonido de los cubiertos al chocar con la porcelana, le producía un extraño malestar, además de una sensación perforadora en su estómago, unas mariposas que eran guerreras.

Y ahí estaba, en la cabecera de la décima mesa, sentada, muy quieta. Tenía las manos entrelazadas, parecía como si estuviese orando. Mientras le servía con el chucharón. Le dijo.

-Buen día señorita ( apareció de entre sus cuerdas vocales un extraño falsete, que producía dos tonos)

Ella se aclaró la garganta y respondió :

-Buenos Días ( iluminó su cara y se sonrojó)

Lucas deslizó muy discretamente la carta sobre el regazo de Sara, ella la tomó rápidamente y la guardó debajo de la costura de una de sus calcetas azul marino. Mientras suspiraba ansiosa.

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3 comentarios:

Angélica dijo...

Ah que caray, empiezo a considerar el usar calcetas donde poder guardar cosas. Ah

Anónimo dijo...

o donde la pondrías..?

Anónimo dijo...

eso es imaginación señores ...claro con un poco de ayuda de la buena