lunes, 7 de diciembre de 2009

Soy Lucas

El domingo lluvioso, hizo imposible mi actividad de alpinismo y permaneció en el sosiego de un día de diciembre, aún de otoño...

Durante el día le ayudé a mi madre a sacar los árboles y los adornos de navidad de la bodega, además Denise (mi hermana) tenía una cena de navidad con su novio.

Fui con Oscar a comer a La Guadalupana y después a su casa a la Paella.

Vino Pepe y estuvimos cotorreando un poco... fuimos a Riva Pala afuera de la casa de un agente de la AFI...

La película de Sorrentino, Il DIVO ( la spectaculare Vida de Giulio Andreotti)
interesante estampa de la política italiana, la cual desconozco en lo absoluto, es curioso analizar ( o ver mal y entrequedarte dormido) pero bueno al momento de las 3 películas que he visto de la muestra. New york I love You, Baader Minhof COmplex e IL DIvo, falté el sábado a ver la de Jim Jarmusch ( Los límites del control) y tampoco ví la de Parque Vía; parece ser que fue la que menos me ha gustado.

Pero tuve a bien fletarme el churro mal ponchado de WANTED, una película de Timur Bekmambetov con James Mcavoy , Morgan Freeman y Angelina Jolie que es un adaptación del comic de Wanted de editorial Top Cow y de Planeta De Agostini en España. La quería ver, disparan balas en curva (curving bullets), tienen una cama de barro azul que regenera el cuerpo. El vato le rompe un teclado en la cara a su traidor amigo.
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Hay tanta quietud a mi alrededor...

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Por cierto mi acercamiento al tabaco fué incómodo, tal vez en sinergia con el café,
me produjo taquicardias, por lo que será eliminado de mis hábitos, retomando el té de hierbabuena y la canela sola.

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El joven trabajaba en la cocina de un gran instituto para señoritas, durante ya varios años. Fué curioso que precisamente ése otoño, apareciera en su comedor una joven, que le llamara la atención.

Era incluso extraño para él; sobretodo porque siempre tenía sus ánimos apagados, fijarse en las señoritas del instituto, que siempre encontraba tan perfectas, tan sometidas al orden, a la rutina del estudio, convirtiéndolo a él a tan sólo el joven del gorro del pan, del delantal lleno de harina. Ocasionalmente recibía un saludo o un agradecimiento.

Ese día de diciembre fué distinto, se había levantado con el pie derecho y se sentía más fuerte que nunca, se dió una veloz ducha, muy cálida. Su habitación estaba frente a las calderas, sus baños a las 4 am. eran tan vaporosas como vigorizantes.

Se vistió y se puso su uniforme, algódón, algodón, poliester, era el clásico panda albino que terminaría lleno de harina, espuma y nata de leche, así como un delicioso olor a vainilla y azúcar quemada.

Al llegar a la cocina ya estaba todo encendido y había que asear los largos comedores
acomodar las mesas y vestirlas para el desayuno. Casi siempre adornaba el amanecer con un sílbido profundo en el eco de los altos techos de adoquín, de gigantescas cortinas almidonadas color marfil. Su compañero Elías mecía las escobas con un sinfín brillando en los mármoles.

Esa mañana una inmensa nube gris había cubierto el horizonte y el día permanecía frío. Los colores de la masa del pan dibujaban cristales perfectos como surcos
y al componer las formas del trigo y darle giros al rodillo, las arrugas de su frente se desvanecían en pérdidas miradas que observaban más alla...

Caminaba por los pasillos con un carrito que llevaba una enorme olla de leche con vainilla, sirviendo unos pequeños vasos casi rebosantes de espuma y olor.
Las chicas lo observaban en silencio o contradictoriamente le gritaban a otras compañeras muy cerca de sus orejas, como queriendo reventarle su agudo sentido del oído.

Ese día, después de haber servido casi 200 vasos en 12 mesas, al final de la última, faltaba uno. Su expresión facial se convirtió en el más tinto de los colores del sonrojo. En 2 años de servicio. nunca le había faltado un cubierto o un traste, ni siquiera una servilleta.

La joven esbozó una sonrisa incierta. Lucas, se volvió a ella y le dijo:

- Le traeré un vaso, señorita.
(advirtió con disimulo, con una ronca y tenue voz azul)

(la joven respondió)
-¿Como te llamas?

Además de ser observado por cientos de curiosos ojos femeninos y la creciente ensordecedora bulla de las estudiantes. Y de tener casi prohibido el contacto verbal con las señoritas. Acertó al responder

- Soy Lucas...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

ai laiket sou moch....esperando a ke continue...

Ó S C A R R R R R R R R dijo...

Dicen que tú yo estamos locos Lucas