Más cartas triángulo

En los útlimos días, compras navideñas, prisas, montones de gente, sentimientos encontrados y fugaces. Fuí con Oscar al picaho el domigo y yo me quedé dormido buen rato allá arriba.

El Lunes fuimos al sushi Yotsuba, rollos de pepino y masago, además de un yakimeshi mixto y kushiagues de manchego y camarón. Una curiosa contrariedad, tuvo como consecuencia el retorno a una habitación mítica, de infinitas proporciones.

Ayer solo fui unas horas a la clínica, fuí a cambiar un regalo y posteriormente recibiría otro, en un singular intercambio,; con sus dosis incluída de incertidumbre.
Me dieron un gran regalo, un set de productos hechos a base cañamo desde el chapstick , hasta la crema para la piel extra seca y una cera que simplemente huele delicioso.

Regresé a la clinica y me pusé a leer sobre trastornos afectivos. Al regresar a mi casa me comuniqué con Kenji ( un amigo al que no veía hace más de 5 años). Fuimos a su casa nueva y estuvimos botaneando por largo rato.
Cuando ya me iba me llamó Gallo para invitarme a una Posada (Gozada), en la que después de cenarme bastantes taquitos (con torillas hechas a mano) de prensado, papa con chorizo, frijolitos y un par de buñuelos. Terminé dormido obre un puff en forma de balón de futbol a causa de la combinación excesiva entre alimentos y una solitaria cerveza. Después me dieronun ponche con piquete, muy malo el piquete, el ponche sí estaba bueno.

Después de eso fui a darle un aventón a Karla, acompañado por Gallo y Jessu. Yo ya me quería dormir , eran las 3:30 hacía un frío cuasi siberiano (jajaja, mis pantalones eran de rompevientos).

La Cachorrita no me dejó dormir en lo que restó de la noche. Por cierto en la tarde fuí al gabinete veterinario a agendarle su cita, para vacunación y descolado. Hoy a las 5pm (17 hrs.)

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Mientras empujaba el carrito con la olla, Lucas observaba en todas direcciones para ver si la lograba localizar. Las caras de las chicas una a una empezaban a tener significado
incluso ya disntinguía a algunas que estaban dentro del círculo de amigas de Sara. Al parecer
para ellas no era un secreto. Súbitamente encontraba gestos burlones al momento de servir los vasos.

Mientras servía, sintió un breve empujón en el bolsillo del delantal, dejó el cucharón y la tira de vasos y entreabrió el pliegue; encontrándo dentro una nueva carta en forma de triángulo.
Pero continuaba sirviendo y por más que se esforzaba no podía encontrarla.

Terminó de servir, con una enorme frustración, además de un apretón desafinado de labios,
rechinido de dientes. Quería entregarle él tambien las letras que le había escrito.

Pero se detuvo un momento dejó la olla y el cucharón, acomodó cuidadosamente el carro y comenzó a lavarlo con una esponja llena de detergente y una cubeta. La estaba dejando brillante, sílbaba dulcemente y una impaciente sonrisa se dibujaba en toda su estructura corporal. Una carta con expectativas múltiples. estaba entre su ropa. La emoción del texto brotaba en un sudor de cuello y espalda.

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Quiero encontrarte
charlar con tus manos por horas
platicar con tus orejas
leer de tu frente sus arrugas

Quiero encontrarte
frotar mi nariz entre tu barba
recitarte lo que dicen mis ojeras
quitarte el frío con mi esqueleto

Quiero encontrarte
recargar mis energías
mirando tus rizos de muy cerca
cerciorarme si respiras

Quiero encontrarte
dentro de mí, encontrarte
no quiero desesperar
pero mi nube llueve ansiosa